La Federación Argentina de Proveedores Mineros (FAPROMIN), expresó su preocupación y se declaró en estado de alerta ante la creciente tendencia de los grandes proyectos mineros de contratar empresas extranjeras en lugar de proveedores locales y nacionales.
La entidad advierte que esta práctica podría tener “graves consecuencias” para la industria y, en particular, poner en riesgo la “licencia social para operar” en las provincias.
FAPROMIN, que nuclea a las cámaras de proveedores de Jujuy, Salta, Catamarca, San Juan y Santa Cruz, señaló que la estrategia de dejar de lado a las empresas argentinas podría desestabilizar el modelo de desarrollo de cadenas de valor locales que se construyó a lo largo de los años.
Este modelo, producto del trabajo conjunto entre empresas, gobiernos y proveedores, fue clave para lograr la “aceptación social” de la actividad en comunidades que históricamente se mostraron conflictivas.
El posicionamiento de la federación se da en un contexto de polémicas en varias provincias mineras, donde las operadoras buscan facilitar la llegada de proveedores de otros países, principalmente de Chile. Esta situación genera tensión y un profundo temor en el sector.
La federación sostiene que las decisiones equivocadas de las empresas mineras, al priorizar a los proveedores foráneos, podrían echar por tierra todo el trabajo realizado en pos de la integración con las comunidades.
La pérdida de la licencia social es vista como la consecuencia más grave, ya que significaría un retroceso en la relación con las poblaciones locales y la posibilidad de perder el respaldo para operar en el territorio. En este sentido, la entidad llama a la reflexión y a fortalecer la colaboración con el sector productivo argentino.