Los contratos de locación que aún se rigen bajo la antigua ley de alquileres, aumentarán en febrero, por lo que los inquilinos deberán hacer frente a incrementos de 174%.
En consecuencia, el inquilino comenzó su contrato en febrero 2023 pagando $100.000, un año después debió afrontar un costo de $247.112 y ahora deberá desembolsar por el alquiler una suma de $678.116.
Cabe consignar, que estos incrementos se calculan en función del índice que realiza el Banco Central, que contempla la variación de la inflación (según el IPC del INDEC) y los salarios, de acuerdo con la remuneración promedio de los trabajadores estables (RIPTE).
El aumento representa un desembolso importante de dinero para los inquilinos que destinan gran parte de su salario en pagar el alquiler.
Ocurre que quienes están atados a la antigua ley de alquileres, muchas veces renegocian o rescinden los contratos, porque resulta más económico empezar uno nuevo que continuar bajo ese régimen.