Los gastos inevitables a los que el común de los argentinos deben hacer frente, volaron por sobre la inflación que fue de 117,8% en 2024.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reportó que durante los primeros 11 meses de la gestión de Javier Milei los salarios privados registrados subieron casi el 160%. Los salarios públicos, castigadísimos por la motosierra, subieron un 121%. Los no registrados se incrementaron un 176%. Hasta aquí, se estima que los únicos que perdieron son los empleados públicos y que los del sector privado habrían empatado.
Esto sería así de no ser que corre el compromiso de pagar tarifas, transporte, celular y, en el caso del 31% de la población, un alquiler.
Los principales indicadores oficiales de consumo marcan caídas verticales e históricas en las ventas al mercado interno de leche, carne vacuna y yerba, porque primero hay que hacer frente a los costos fijos, cuyo peso se multiplicó.
El costo de electricidad, gas y otros combustibles se incrementó 398,8%, el del transporte público un 313,3%, el alquiler saltó un 243,5% y los servicios de telefonía e internet subieron 218%.