Kioscos y carritos de golosinas, ofrecen un producto sumamente atractivo para niños y niñas, el cual en apariencia es inofensivo, pero puede resultar mortal para quienes los consumen.
Se trata del caramelo líquido “Rolon Candy”, cuyo envase es idéntico al de desodorantes o medicamentos que se aplican mediante un bolillón. Para degustar la deliciosa golosina, hay que introducir dicho bolillón en la boca, procedimiento que puede tornarse fatal, porque conlleva un gran riesgo de atragantamiento. Al girar reiteradamente en el extremo del envase, el bolillón tiende a salir de su posición y puede ser ingerido. A raíz de su tamaño, puede ocasionar un ahogamiento trágico.

En una escuela jujeña, un alumno de primaria consiguió esta nueva golosina y se ahogó con la bola descripta. Ante la desesperación de compañeros y docente a cargo del aula, comenzó a evidenciar un cuadro de asfixia severo que pudo ser revertido por la oportuna intervención de la maestra, quien aplicó eficazmente la Maniobra de Heimlich, salvándole la vida.
A través de un audio que circuló masivamente por Whatsapp, la docente relató lo ocurrido, dejando a padres y alumnos, además de la oportuna alerta, una espeluznante descripción del dramático momento vivido: “Casi se muere en mis brazos”, dijo conmovida y al borde del llanto.
El alumno se encuentra bien y la situación no pasó a mayores. Sin embargo, se debe tener cuidado con las golosinas que salen a la venta y estudiarlas en detalle para no tener que vivir momentos como el referido.





































