El consumo de carne vacuna en Argentina alcanzó un mínimo histórico en 2024, según un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario. Con una proyección anual de 44,8 kg por habitante, esta cifra representa el nivel más bajo registrado en al menos 110 años. Este fenómeno, atribuido a la recesión económica y a cambios en las preferencias de los consumidores hacia proteínas más económicas, como pollo y cerdo, impactó significativamente en el mercado interno argentino.
En Jujuy, la situación refleja estas tendencias nacionales pero con particularidades locales. En un contexto inflacionario desafiante, donde los precios de los alimentos aumentan constantemente, los jujeños optaron por alternativas como la carne de llama y cordero. Según Gastón Rodríguez de la Corporación para el Desarrollo de la Cuenca de Pozuelos (Codepo), se observó un incremento considerable en la demanda de estos tipos de carne en los últimos meses.
«Hay un mayor consumo y tenemos mejores ventas. La gente va respondiendo y esto tiene que ver también con los precios», señaló Rodríguez. Destacó que la carne de llama, en particular, es apreciada por ser saludable, con cero colesterol, y por sus precios accesibles en comparación con la carne vacuna. Actualmente, el kilo de carne de llama varía entre 5.200 y 5.500 pesos, mientras que los cortes de carne vacuna en Jujuy alcanzan precios que van desde los 8.179 hasta los 9.038 pesos, según datos del Índice de precios al consumidor de la provincia.
La tendencia hacia la carne de llama y cordero también llevó a la Corporación a diversificar su oferta con productos como chorizos, salame, mortadela, y próximamente, charqui y chalona, ampliando así el mercado para estos alimentos.
Rodríguez subrayó que, gracias al trabajo de los productores locales, estas carnes ahora están disponibles en toda la provincia, llegando incluso a ser consideradas una opción atractiva en otras regiones del país. Además de su valor nutricional, que destaca por su alto contenido proteico y bajo contenido de grasas, estas carnes se posicionan como una alternativa sostenible y económicamente viable en un contexto de fluctuaciones económicas y cambios en los hábitos de consumo.
En resumen, mientras Argentina atraviesa un período de consumo mínimo histórico de carne vacuna, Jujuy responde con un aumento en la demanda de carne de llama y cordero, mostrando adaptabilidad ante las condiciones económicas actuales y promoviendo la valorización de productos locales.