Estados Unidos y China alcanzaron un importante acuerdo comercial que reduce en un 115% los aranceles recíprocos y establece una tregua de 90 días para continuar las negociaciones bilaterales. El entendimiento fue confirmado este lunes por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, al finalizar una ronda de reuniones en Washington.
Según lo detallado, las importaciones desde China pagarán un arancel del 30%, mientras que los productos estadounidenses que ingresen al mercado chino tributarán un 10%. Esta medida representa un giro en la política proteccionista que marcó los últimos años de tensión entre las dos economías más grandes del mundo, especialmente desde el inicio de la guerra comercial bajo la administración de Donald Trump.
Durante las reuniones, también se abordó otro tema sensible para Washington: la crisis del fentanilo. Bessent destacó que, por primera vez, China reconoció la magnitud del problema de tráfico de sustancias sintéticas y se comprometió a implementar controles sobre la producción y exportación de los químicos precursores.
El acuerdo fue bien recibido por funcionarios de ambos países. Jamieson Greer, alto representante comercial de EE.UU., aseguró que el avance logrado muestra que “las diferencias no eran tan grandes como se creía” y valoró el restablecimiento de un canal directo de diálogo para evitar nuevas escaladas.
Aunque se trata de un acuerdo temporal, la reducción arancelaria y el nuevo marco de negociación representan una importante desescalada y podrían sentar las bases para un pacto comercial más amplio en los próximos meses.