El consumo de carne de cerdo experimentó un fuerte crecimiento del 8,7% interanual durante el primer cuatrimestre de 2025, impulsado principalmente por el marcado aumento en los precios de la carne vacuna. Este repunte representa una nueva ventana de oportunidad para el sector porcino, que ve cómo sus productos, incluyendo chacinados y cortes de cerdo, ganan terreno en la mesa de los argentinos.
Según un informe de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Carne de Cerdo (CAICHA), el Índice de Precios Porcino se incrementó un 12,5% entre enero y abril.
Si bien esta cifra supera ligeramente el 11,6% registrado por el INDEC para el mismo período, la dinámica de aumento fue mucho más moderada que la de la carne vacuna, cuyo encarecimiento duplicó los precios porcinos, posicionando al cerdo como una alternativa más económica.
A pesar del crecimiento sostenido en términos interanuales a lo largo de los primeros meses del año, abril mostró una leve contracción del 4,5% en el consumo de carne de cerdo en comparación con marzo. No obstante, la tendencia general es de un ascenso significativo.
Mientras tanto, el consumo de carne vacuna ha caído a su nivel más bajo en cien años, promediando actualmente unos 48 kilos por habitante al año.
Esta cifra contrasta drásticamente con los picos históricos que superaban los 100 kilos per cápita en décadas pasadas.
Este descenso, el más pronunciado desde principios del siglo XX, es resultado de una combinación de factores estructurales y coyunturales.
Sin embargo, numerosos especialistas coinciden en señalar a las políticas económicas del gobierno de Milei como la principal responsable, impactando tanto la producción como el acceso de los consumidores a la carne vacuna, tradicionalmente un pilar de la dieta argentina.
La dinámica actual sugiere un cambio en los hábitos de consumo de los argentinos, que buscan alternativas ante el panorama económico en el que sobran las carencias.




































