Este jueves, el Gobierno oficializó la transformación del Banco de la Nación Argentina (BNA) en una sociedad anónima. A través de un decreto firmado por el presidente Javier Milei, minutos antes de su viaje a Estados Unidos, la medida se publicó en el Boletín Oficial. A partir de ahora, la entidad financiera operará bajo el nombre Banco de la Nación Argentina Sociedad Anónima (BNA SA), dependiente del Ministerio de Economía.
El decreto, que modifica la estructura del banco estatal, establece que el 99,9% del capital social de la nueva sociedad anónima será de titularidad del Estado Nacional, mientras que el 0,1% corresponderá a la Fundación Banco Nación. La transformación tiene como fin «optimizar la asignación de recursos, fortalecer la posición del banco en el mercado y potenciar su capacidad de financiamiento», según se detalló en el texto oficial.
El cambio se enmarca dentro del plan del Gobierno de Milei para avanzar en la privatización de empresas públicas, un tema de gran debate dentro del Congreso. A pesar de que el BNA fue excluido de la lista de entidades sujetas a privatización tras la sanción de la Ley 27.742, el presidente reiteró su postura ideológica sobre la necesidad de que el Estado no administre empresas, ni siquiera aquellas que operan con éxito.
Actualmente, el Banco Nación cuenta con activos por $48 billones, depósitos por $33 billones y un patrimonio neto de $15 billones. Según fuentes cercanas al Gobierno, la reconfiguración del banco busca facilitar su futura privatización o, en su defecto, permitir la entrada de inversores privados en su capital.
La firma del decreto se produce en medio de una fuerte controversia, ya que el pasado septiembre, un fallo judicial había bloqueado los intentos del BNA de transformarse en sociedad anónima o de avanzar hacia una privatización. A pesar de este obstáculo legal, el Gobierno continúa con su plan de reformas económicas. Mientras tanto, en el Congreso, la oposición y algunos sectores del oficialismo impulsan investigaciones sobre los movimientos del presidente, incluyendo el reciente impulso a la criptomoneda Libra, lo que llevó a algunos legisladores a promover incluso un juicio político.





































