El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) proyecta que el aumento de las tarifas del servicio de energía eléctrica se ubicará en un 10%, dependiendo de la categoría del usuario, y un 12%, en el caso de empresas y comercios.
Es oportuno advertir, que la solicitud de un ajuste en los precios de la energía cursado por las distribuidoras, aún se encuentra bajo análisis. El pedido ronda el 25% y 28%.
La reciente confirmación del aumento en las tarifas de energía eléctrica, dio paso a una profunda preocupación en amplios sectores de la sociedad jujeña, especialmente entre las familias de bajos recursos.
El incremento se proyecta como un nuevo golpe al ya debilitado bolsillo de los hogares más vulnerables de la provincia.
La noticia resonó con fuerza en barrios y comunidades, donde la tensión social y económica es una constante. De hecho, para muchas familias el acceso a servicios básicos como la electricidad representa un desafío significativo. Un aumento tarifario podría empujarlas a una situación aún más crítica. La incertidumbre sobre cómo afrontar este nuevo gasto se suma a las dificultades diarias para cubrir necesidades esenciales, tales como alimentos, salud y educación.
Al medir el riesgo del aumento tarifario, surge la posibilidad de disparar la morosidad y la posibilidad de que familias se vean obligadas a reducir aún más su consumo energético, afectando su calidad de vida y exponiéndolas a condiciones precarias, especialmente durante los meses de bajas temperaturas.





































