El Decreto 396/2025 del gobierno de Javier Milei, generó inquietud en varias provincias argentinas, particularmente en aquellas situadas en zonas de alta actividad sísmica. La normativa dispone la disolución del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) y del Instituto Nacional del Agua (INA).
INPRES, un organismo vital para la seguridad de las regiones precordilleranas, fue absorbido por el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR).
Esta reestructuración encendió las alarmas en provincias como Jujuy, Mendoza, San Juan y Salta, que se asientan sobre un territorio con un alto registro de movimientos telúricos.
Históricamente, INPRES desempeñó un papel fundamental en la prevención y monitoreo de la actividad sísmica en Argentina.
Sus estudios, alertas y recomendaciones fueron cruciales para la construcción de infraestructuras sismorresistentes y la elaboración de protocolos de emergencia, protegiendo a la población de los efectos devastadores de los terremotos.
La actividad sísmica en Argentina se concentra principalmente en el noroeste y centro-oeste del país, a lo largo de la imponente Cordillera de los Andes.
La desaparición del INPRES como entidad independiente y su integración en el SEGEMAR, plantea interrogantes sobre el futuro de las políticas de prevención sísmica en un país donde los temblores son una constante amenaza.
Las provincias afectadas esperan que esta reestructuración no implique una disminución en la capacidad de monitoreo y respuesta ante eventos sísmicos, crucial para la seguridad de sus habitantes.
El mapa de zonificación sísmica en Argentina, tiene 5 sectores de peligro sísmico.
El sur de San Juan y el norte de Mendoza, incluyendo sus ciudades capitales, son las áreas del país con mayor peligrosidad sísmica, de categoría “muy elevada”.
Las zonas circundantes, comprenden el centro de Mendoza, el norte y este de San Juan, el oeste de La Rioja, una pequeña parte del noroeste de San Luis, de peligrosidad “elevada”. También aplica este nivel para otro punto del norte del país, en un sector del sureste de Jujuy y centro de Salta, así como una pequeña área al suroeste de Tierra del Fuego.
En peligrosidad “moderada” se encuentra un largo corredor que se extiende desde el norte de Salta y Jujuy hasta una porción del noreste de Chubut, pasando por la totalidad de Tucumán y de Catamarca, el resto de la provincia de La Rioja, el oeste de Córdoba, el norte de San Luis, el centro-sur de Mendoza y la zona cordillerana de Neuquén y Río Negro. También gran parte del centro y norte de Tierra del Fuego.
El área de peligrosidad “reducida” se extiende desde la frontera que une Salta, Formosa y Chaco hasta el oeste y sur de Santa Cruz. De un extremo al otro, pasa por el oeste de Santiago del Estero, toda la franja central de Córdoba, el sur de San Luis y de Mendoza, el oeste de La Pampa, el este de Neuquén, gran parte del oeste de Río Negro y Chubut y un sector del este de Tierra del Fuego. En esta zona están incluidas las ciudades de Santiago del Estero, Córdoba, Neuquén y Río Gallegos.
El resto del país, más alejado de la Cordillera de los Andes, permanece en una situación de peligrosidad “muy reducida”.