Las ventas de ropa atraviesan una crítica situación, con la caída del 7,7% registrada durante el tercer bimestre del 2025, lo que genera una profunda preocupación en el rubro, además de la falta de demanda y el consecuente aumento del sobrestock.
Así lo informó la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), cuyo análisis indica que se esperan consecuencias como la acumulación de inventario, ajustes en los niveles de empleo e incapacidad de trasladar los costos de producción a los precios de venta.
La cosa no mejora, ya que el sector se ve perjudicado por la apertura de importaciones y por la reducción de aranceles para indumentaria y calzado.
Asimismo, está presente la disparidad de precios alarmante, ya que la ropa producida en Argentina puede costar un 40% más cara que la comercializada en otros países.
De cara a los que resta del año, las expectativas económicas para el sector no son alentadoras y prevén un marcado deterioro, lo que obliga a las empresas a replantear sus estrategias para afrontar un futuro incierto.