La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), advirtió que el empleo de aires acondicionados en la presente temporada registra un consumo aproximado de 10.000 Mw, flujo que refleja un incremento del 40% en la demanda total.
Asimismo, anticipó que se prevé picos de consumo durante el verano.
Anta este escenario, las distribuidoras de energía integradas a la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA), trazaron planes de contingencia y realizan simulacros para reducir los impactos de posibles contingencias.
No obstante ello, el cambio climático y la variabilidad de las condiciones meteorológicas se constituyen en factores que aumentan la incertidumbre sobre la estabilidad del suministro eléctrico.
Esta situación se desata en un escenario de ajustes económicos, como la quita de subsidios por parte del gobierno de Javier Milei a usuarios residenciales, las modificaciones en el Valor Agregado de Distribución (VAD) en las distintas jurisdicciones y el aumento de costos operativos, todo en medio de temperaturas elevadas y fenómenos climáticos extremos que condicionan aún más la capacidad del sistema.
La administración de la energía eléctrica durante los periodos de alta demanda depende en parte del comportamiento de los usuarios. La reducción en el uso de dispositivos eléctricos no esenciales y la optimización de sistemas de alto consumo, como los aires acondicionados, pueden contribuir a disminuir la presión sobre el sistema eléctrico.
Aunque las prestatarias procuran sostener el servicio eléctrico, los problemas económicos, las adaptaciones de marcos regulatorios y la variabilidad climática, revelan las limitaciones de un sistema que opera al límite de su capacidad durante los días de mayor consumo.





































