El sector de la construcción enfrenta un escenario cada vez más desafiante. Durante el mes de mayo, el Índice del Costo de la Construcción (ICC) registró un incremento del 3,1%, impulsado principalmente por los recientes aumentos salariales.
Este panorama dificulta aún más el inicio de nuevos proyectos y aleja el sueño de la casa propia para muchas familias.
Desglosando los datos, el componente de “Mano de obra” fue el que experimentó el mayor salto, con un aumento del 5,9%.
Los “Gastos generales” también contribuyeron a este incremento, registrando una suba del 2,0%.
Mientras que “Materiales” lo hicieron en un 0,5%.
Este aumento sostenido en los costos de construcción se suma a la ya preocupante situación de los salarios retraídos, generando un cóctel explosivo que torna prácticamente inalcanzable el acceso a una vivienda.
Para el común de las familias, el anhelo del techo propio se convirtió en una meta cada vez más lejana, transformándose, lamentablemente, en un simple sueño.
Así las cosas, la posibilidad de emprender un proyecto de construcción se volvió una quimera para la mayoría.
Los altos costos de los materiales y la mano de obra están dinamitando cualquier intento de inversión en el sector, impactando directamente en el anhelo de la casa propia de miles de familias.
Esta compleja situación se ve agravada por la drástica destrucción de la política habitacional impulsada por el gobierno de Javier Milei.
La ausencia de programas de fomento y financiamiento accesibles deja a las familias jujeñas sin herramientas para concretar su sueño, condenándolas a un “sueño de los justos” en lo que respecta a su vivienda.
Como consecuencia directa de este escenario, el desempleo en el rubro de la construcción no para de crecer.
La paralización de obras y la falta de nuevos proyectos están dejando a cada vez más trabajadores sin sustento, profundizando una crisis que no solo afecta a las empresas constructoras, sino a la economía y el entramado social en su conjunto.