El Congreso de la Nación se prepara para un debate que podría atrasar los relojes en todo el país, con una iniciativa que busca modificar el huso horario argentino a -04 GMT.
El proyecto, que ya figura en el temario de la próxima sesión de la Cámara de Diputados, propone alinear la hora oficial con la luz solar real, con el objetivo primordial de ahorrar en el consumo de energía artificial.
Esta propuesta no es menor. Sus impulsores buscan corregir un “desfasaje histórico” que, según sus argumentos, provoca gastos innecesarios de electricidad y afecta la calidad de vida de millones de argentinos.
En un contexto donde la eficiencia energética es clave, la idea de sincronizar los relojes con el ciclo natural del día cobra especial relevancia.
El artículo 1° de la iniciativa es claro. Propone que la Hora Oficial Argentina sea la correspondiente al huso horario de cuatro horas al oeste del meridiano de Greenwich, tal como lo establece el Sistema Internacional de Husos Horarios.
Esto implicaría atrasar una hora los relojes en todo el territorio nacional, lo que modificaría las rutinas diarias de millones de personas.
Históricamente, Argentina adoptó el huso -04 GMT en 1920. Sin embargo, a partir de mediados del siglo pasado, comenzó a implementar cambios para optimizar el aprovechamiento de la luz solar durante los meses de verano.
La práctica de adelantar la hora, popularmente conocida como “horario de verano”, se aplicó de forma intermitente hasta que en 1969 se fijó la hora en -03 GMT, que es el huso horario que rige actualmente en el país.
El debate que se avecina en Diputados plantea una disyuntiva: mantener el status quo o volver a un huso horario que, según los defensores del proyecto, podría significar un beneficio tangible para los hogares y la economía nacional al reducir el gasto en iluminación artificial.



































