En marzo, las jubilaciones y pensiones experimentarán un incremento del 2,21%, reflejando la inflación de enero, según el Indec. Sin embargo, el bono de $70.000, que sigue congelado, afectará el aumento real de la jubilación mínima, limitando su incremento al 1,8%. Esto implica que los beneficiarios de la mínima recibirán $349.124,50, por debajo del 2,21% del aumento general.
El bono, que se aplica desde marzo de 2023, no se ajusta por inflación ni se incluye en el cálculo del aguinaldo, lo que genera una pérdida progresiva de su valor. Si se hubiese actualizado, el bono debería ser de $145.370, lo que elevaría la jubilación mínima total a $424.464.
A pesar de los aumentos, los haberes previsionales no logran seguir el ritmo de la inflación, que alcanzó un 117,8% interanual, con una caída real del poder adquisitivo para los jubilados. En el último año, la jubilación mínima aumentó un 105,1%, mientras que la inflación fue superior, lo que implica una pérdida de poder de compra.
La falta de actualización del bono y los ajustes limitados siguen afectando a casi 5 millones de jubilados y pensionados, especialmente en áreas como alimentos y medicamentos. La incertidumbre sobre la movilidad jubilatoria futura genera preocupación entre los beneficiarios.





































