El sector avícola de Argentina alcanzó niveles de impacto ambiental inferiores a los exigidos internacionalmente, según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), a pedido del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). El análisis se desarrolló bajo los lineamientos de las normas ISO 14040 y 14044, con el objetivo de evaluar el desempeño ambiental del proceso productivo en un mercado cada vez más exigente.
Los resultados posicionaron a la cadena avícola argentina dentro de los rangos aceptados globalmente, e incluso por debajo en varios indicadores, debido a la eficiencia en los procesos y al uso optimizado de insumos, como granos provenientes de siembra directa y producción en secano, que reducen tanto el consumo de agua como las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe identificó la eficiencia energética y la incorporación de energías renovables como desafíos clave a futuro. Además, describió detalladamente el funcionamiento de la cadena aviar, desde la cría de reproductores hasta la comercialización de la carne, destacando su crecimiento sostenido, su aporte en generación de empleo y su papel estratégico en la economía nacional.
CEPA consideró estos resultados como una herramienta fundamental para mejorar la competitividad del sector, fortalecer el compromiso ambiental y responder a la demanda de consumidores y mercados internacionales que priorizan la sustentabilidad en sus decisiones de compra.