El país vuelve a paralizarse el jueves 9, a raíz del paro nacional dispuesto por la Confederación General del Trabajo (CGT) en contra del rumbo político, económico y social definido por el presidente Javier Milei y, al mismo tiempo, en detrimento de los intereses comunes del conjunto de los argentinos.
En este contexto, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) comunicó oficialmente su adhesión a la medida de fuerza, anuncio que fue ampliamente celebrado en la cúpula de conducción de la CGT, por cuanto la retención del servicio de transporte público es indispensable para mostrar acatamiento y efectividad del paro, más aún ante una convocatoria severamente cuestionada por la clase trabajadora y el ciudadano de a pie que no oculta su malestar creciente con la dirigencia de la central obrera.
En su comunicado, la UTA argumenta su rechazo a las medidas «abiertamente orientadas a vulnerar derechos individuales básicos», definición que resulta ambigua, por cuanto es aplicable a las políticas liberales imperantes o la acción brutal y sectaria de la resucitada CGT que durante los cuatro años de gobierno kirchnerista se mantuvo en estado de sueño profundo.
A propósito de la adhesión de la UTA, los usuarios jujeños resultarán privados del servicio de transporte público de pasajeros desde las 00 hasta las 23:59 horas del jueves 9.
Además, Aerolíneas Argentinas confirmó que no se realizarán vuelos el día del paro nacional, mientras que la Asociación Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) se suma a la convocatoria obrera.
El segundo paro nacional de la CGT a Milei en cinco meses de gestión, dejará sin servicios de transporte, educación, salud, comercio y bancos a todos los argentinos. Es oportuno señalar, que ADEP y CEDEMS van al paro en Jujuy.
Por otra parte, se estima que el paro ocasionará una pérdida económica al país calculada en 1.500 millones de dólares. Entonces ¿En contra de quién va el paro?



































