La actividad industrial en Argentina profundizó su caída y se redujo por cuarto mes consecutivo, alcanzando niveles similares a los de 2007. Con un retroceso interanual del 8,8% en junio, el sector registró uno de sus peores desempeños en los últimos 18 años, lo que refleja el fuerte impacto de la recesión económica.
Según el de la Bolsa de Comercio de Rosario, la producción industrial no solo cayó en la comparación interanual, sino que también mostró una baja del 2,3% respecto a mayo, en su medición desestacionalizada.
Esta tendencia a la baja en los últimos cuatro meses es una señal clara de la crisis que atraviesa la industria manufacturera.
El deterioro de la actividad fabril se explica por múltiples factores. Uno de los más relevantes es la fuerte contracción del consumo interno, que ha golpeado con dureza a sectores como el textil.
La industria de la construcción también se vio afectada, con una menor elaboración de materiales básicos como cemento, hierro y acero.
Por su parte, la producción de maquinaria y equipos experimentó una drástica caída, impulsada por la menor inversión en bienes de capital.
De forma similar, el sector automotriz sufrió una retracción tanto por la baja demanda interna como por el freno en las exportaciones. El encarecimiento de insumos importados también contribuyó al deterioro de la capacidad de producción en diversas industrias.