Desde marzo, la industria argentina afronta un nuevo problema que profundiza su crisis: la pérdida mensual de 1.500 empleos. Esta sangría laboral representa una recesión en la actividad que se agrava mes a mes, alcanzando los dos dígitos en distintos sectores.
De acuerdo a la Unión Industrial Argentina (UIA), existen dos factores que explican este sombrío panorama: la caída sostenida en la actividad económica general y la falta de condiciones estructurales que permitan a las empresas competir en igualdad de condiciones.
Esta combinación letal está llevando al límite a un sector clave para el desarrollo del país, con graves consecuencias en el
La situación es especialmente crítica en áreas como materiales de construcción, textil, confección y metalmecánica, donde las caídas de la actividad rondan entre el 15% y el 20%. Un ejemplo contundente de esta recesión es el sector cementero, cuyas ventas se desplomaron de 1.050.000 a 800.000 toneladas mensuales.