Asimismo, el análisis destaca que, en un entorno de incertidumbre económica, los encuestados encuentran más fácil proyectar la inflación mensual en lugar de hacer estimaciones a más largo plazo.
Esto podría explicar la mayor precisión y tasa de respuesta en las preguntas relacionadas con el corto plazo.
Por otra parte, el relevamiento destaca que la caída en las expectativas de inflación fue uniforme en todas las regiones analizadas, aunque con diferencias en los niveles de descenso.
Por ejemplo, en el interior del país se registraron las expectativas más bajas, con una inflación proyectada de 46,8%, cinco puntos porcentuales por debajo del 51,8% observado en octubre.
En otro orden, el informe también señala la persistencia de desviaciones estándar elevadas en las tres regiones, un indicativo de que las percepciones inflacionarias entre los ciudadanos siguen siendo heterogéneas.





































