En Argentina, el 40% de los adultos padece hipertensión arterial, y la mitad de ellos lo desconoce. Este dato, difundido por especialistas médicos, refleja la dimensión de un problema que avanza de manera silenciosa, aunque resulta fácil de diagnosticar y tratar. De quienes conocen su condición, solo una porción menor logra mantener la presión arterial bajo control.
La hipertensión representa una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, como infartos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. También se asocia a daño renal y a un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. Pese a su gravedad, esta enfermedad crónica suele no dar síntomas, por lo que muchas personas no controlan su presión de manera periódica.
Medir la presión correctamente implica tomar ciertos recaudos: evitar bebidas estimulantes antes del control, descansar previamente y realizar dos tomas consecutivas con intervalos breves. Los valores normales se sitúan por debajo de los 140/90 mmHg, aunque los especialistas recomiendan apuntar a cifras menores como 135/85.
Llevar un registro de las mediciones y consultar regularmente al médico son acciones fundamentales para prevenir complicaciones graves. La hipertensión puede controlarse eficazmente con tratamiento adecuado, cambios en el estilo de vida y seguimiento continuo.