En medio de la decisión de Javier Milei de vetar sin piedad la ley de movilidad, la Defensoría de la Tercera Edad advirtió que más de 5 millones de jubilados y pensionados se encuentran bajo la línea de la pobreza.
Según la Defensoría de la Tercera Edad, la canasta básica de un jubilado rondaría los $800.000 mensuales, mientras que la jubilación mínima en agosto de 2024 fue de $225.497,54. Aún con el bono de $70.000, que eleva el ingreso a $295.000, continúa siendo un número muy por debajo de lo que se necesita en el país para cubrir los gastos básicos.
La situación empeora ya que se suman 500.000 personas que cobran la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80% de la jubilación mínima, y un millón de personas con pensiones no contributivas que perciben solo $220.000 mensuales.
Mientras Milei califica de “degenerados fiscales” a quienes defienden las jubilaciones y pensiones dignas, el deterioro de los pasivos se hace notorio en la malnutrición que padecen muchos de ellos. La Defensoría de la Tercera Edad alertó que entre el 80% y el 90% de los adultos mayores sufren de hipertensión y problemas de colesterol, pero sus jubilaciones les impiden acceder a los alimentos necesarios para cuidar su salud. Además, este segmento debe afrontar dificultades para comprar medicamentos y pagar servicios básicos como la calefacción, lo que contribuye a un deterioro general de su calidad de vida.





































