En caso de que el gobierno de Javier Milei se abstenga de disponer una nueva suspensión de cargos fiscales a los hidrocarburos, a partir de mayo los precios de los combustibles sufrirán un fuerte incremento.
En este marco, la nafta podría saltar a un 15,1%, mientras que el gasoil treparía 7,8%.
Así lo hizo saber el consultor y especialista Cristian Bergmann, quien además señaló que el ajuste estaría definido por la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos y del Impuesto al Dióxido de Carbono, dos cargas tributarias que desde 2018 vienen siendo utilizados como una especie de regulador para evitar trasladar la inflación a los surtidores.
Si bien esta estrategia permitió contener los precios en los últimos años, también significó que el Estado resignara una importante porción de ingresos.
Lo que está pendiente de traslado corresponde al componente inflacionario del primer, segundo, tercer y cuarto trimestre de 2024, con una inflación anual que trepó a 117,74 %. Aunque desde julio del año pasado se aplicaron algunos aumentos parciales, el grueso del ajuste sigue sin reflejarse en el precio final de los combustibles.
El impacto en las bocas de expendio sería considerable. Para la nafta, el alza representaría unos $180 por litro. En tanto, el gasoil tendría un incremento de $94 por litro.
Es oportuno recordar, que en lo que va de 2025 el gobierno libertario dictó tres decretos de postergación parcial de los aumentos. Ahora, no se descarta la posibilidad de un nuevo aplazamiento para evitar un golpe contundente al índice de precios y, consecuentemente, a los bolsillos.