El Gobierno argentino implementó una reducción en los aranceles de importación para ropa, calzado, telas e hilados, con el objetivo de disminuir los precios, actualmente superiores a los internacionales. Los aranceles bajaron del 35% al 20% para ropa y calzado, y de 26% a 18% para telas, lo que podría reducir el precio final en un 3,6%.
Sin embargo, el impacto en los consumidores será marginal, con caídas estimadas entre el 1% y el 3,6%, y solo afectará principalmente a productos importados de calidad media/alta. Para el sector productivo, esta medida genera inquietud, ya que la reducción de aranceles podría afectar la competitividad y los empleos en una industria que emplea a más de 500.000 personas.
Si bien se espera una leve desaceleración inflacionaria en productos de consumo masivo, el impacto en la actividad económica y el empleo podría ser significativo, especialmente en regiones como La Rioja y Catamarca, donde la industria textil es clave.