Este escenario es nocivo para la liberación de precios y el aumento acumulado del 55% en el primer semestre del 2024, pero también golpea a la comercialización la recesión económica en general, que provoca menos movimientos de bienes y mercaderías.
De acuerdo a información difundida por la Secretaría de Energía de la Nación, la caída de ventas de combustibles se registró el mes pasado en todas las provincias del país y para todas las compañías despachantes. En el sector aseguran que sin la cosecha del campo y la alta demanda de gasoil, la crisis hubiese sido muchísimo más profunda.
Aunque los bolsillos de los automovilistas ya no toleran tantas subas, en las petroleras evalúan un nuevo ajuste a partir del jueves primero de agosto próximo.
En este sentido la consultora Montamat & Asociados advierte que a las naftas todavía le faltan un 15% para igualar el precio de importación, mientras que al gasoil un 2%.





































