La canasta básica de pobreza para un grupo familiar compuesto por dos adultos y dos menores superó en mayo la alarmante cifra de $1.100.000, según un cálculo reciente de la consultora PxQ.
Este monto, específicamente $1.118.717, representa el ingreso mínimo que una familia necesitó para acceder a los productos de la Canasta Básica Total (CBT) y, así, evitar caer por debajo de la línea de pobreza.
El costo de la canasta de pobreza registró un incremento del 0,8% en mayo, una cifra que, aunque parezca menor, agrava la ya “crítica” situación salarial y jubilatoria en el país.
El informe de PxQ resalta que cada persona de este grupo familiar requirió de $362.044 para cubrir sus necesidades básicas y no ser considerada pobre. Para no caer en la indigencia, cada integrante de la familia debió contar con al menos $162.716.
La realidad económica golpea con particular dureza a los trabajadores con salarios registrados, quienes continúan padeciendo la falta de reactivación de las negociaciones paritarias. La intervención del gobierno nacional, que busca contener la inflación de cara a las elecciones de medio término, frenó los pocos avances logrados en los acuerdos salariales, incluso aquellos que contaban con el aval del sector empresarial.
Bajo la administración de Javier Milei, la situación de los trabajadores que perciben el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) es especialmente precaria. Sus ingresos apenas alcanzan para cubrir el 84,7% del valor individual de la CBT, lo que los sitúa directamente dentro del marco de la pobreza. Los jubilados que perciben el haber mínimo, aun con la adición del bono de $70.000, apenas logran acercarse al nivel individual de la CBT, lo que subraya la vulnerabilidad de este sector.
Esta situación pone de manifiesto el creciente desafío que enfrentan las familias argentinas para cubrir sus necesidades básicas y subraya la urgencia de medidas que permitan una mejora real en el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones.