El consumo afianza su caída día tras día, marcando una importante brecha social y un panorama cada vez más fragmentado en el cual la gran mayoría de la población enfrenta la difícil decisión de postergar o reemplazar productos de primera necesidad.
En un contexto de inflación, sectores clave como la construcción y los supermercados mayoristas y minoristas muestran comportamientos dispares, de acuerdo al informe divulgado por Nielsen IQ.
No obstante, el consumo masivo continúa estancado. En julio, las bebidas alcohólicas cayeron un 0,6%, acompañadas por el significativo retroceso del 3,3% de los alimentos básicos.
La tendencia a la baja también se hace evidente en los comercios, ya que los supermercados registraron una caída del 1,2% en julio en comparación con abril, mientras que en los autoservicios mayoristas la baja interanual fue aún más pronunciada, alcanzando el 4,9% en el mismo período.
Esta situación revela una triste realidad: una gran parte de la población se ve obligada a postergar compras básicas o a buscar alternativas más económicas, lo que afecta directamente a los índices de consumo y profundiza las desigualdades sociales y económicas.