La crisis económica golpeó con firmeza a los pequeños comercios, provocando el cierre de 16.000 kioscos en el último año, afectados por la conjunción de menores ventas, el aumento de precios y la creciente competencia de otros formatos comerciales.
En este contexto, el número de locales activos cayó de 112.000 a 96.000, según informó la Unión de Kiosqueros de la República Argentina.
El nivel de las ventas tuvo una contracción del 40%. La situación se agrava cuando en el último verano, un período importante para el consumo, las ventas de bebidas se desplomaron entre un 30% y un 35%, de acuerdo a la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.
En julio, la tendencia negativa reflejó la caída del 5,6% en ventas de alimentos y bebidas con respecto al mes anterior, declive que está estrechamente relacionado con la disminución del poder adquisitivo de los argentinos.
Asimismo, surgen otros problemas que imposibilitan el futuro de los pequeños comercios, como lo son la presión de los costos fijos, la dificultad de sostener el stock y la competencia de otros canales en venta.
La situación deja en evidencia la vulnerabilidad de los pequeños negocios de cercanía frente a la recesión económica.