Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), reveló una preocupante escalada en la inseguridad alimentaria infantil en el país, alcanzando su nivel más alto en una década.
Según los datos del estudio, 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes experimentaron una disminución en la cantidad y calidad de sus alimentos durante 2024.
El reporte también destaca que el 35,5% de la población infantil y adolescente se encuentra actualmente en una situación de inseguridad alimentaria, lo que representa un significativo deterioro en las condiciones de vida de los más jóvenes.
La UCA advierte que si bien la pobreza, el empleo precario y la desigualdad son problemas históricos en Argentina, la situación empeoró en los últimos años.
Uno de los datos más alarmantes que surge del estudio es que, dentro de esta población afectada, un 15% de los padres reconoció haber tenido “experiencias de hambre” por no haber podido brindarles alimentos a sus hijos.
Este indicador no solo refleja una disminución en la calidad y cantidad de la dieta, sino que evidencia episodios de privación alimentaria severa.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA subraya que, a pesar de la existencia de políticas públicas destinadas a proteger a los niños en contextos de crisis, estas “no son suficientes” para contrarrestar los factores estructurales que persisten y golpean con mayor fuerza a los hogares más vulnerables.
La investigación pone de manifiesto la urgencia de abordar de manera integral las causas profundas de la inseguridad alimentaria, que van más allá de las coyunturas económicas y se enraízan en la persistencia de la pobreza, la precariedad laboral y la desigualdad social.