Por primera vez en la historia, la temporada de langostino no iniciará, producto de una combinación de crecientes costos, caída de precios y por el rechazo de una baja salarial del 30% por parte del gremio.
De acuerdo a la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPECA) y la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), el freno de la actividad responde a una crisis estructural que hace inviable la continuidad.
En consecuencia, 113 barcos de la flota congeladora de langostino permanecen en puerto, pese a que la veda se haya levantado oficialmente.
Esta situación impacta de forma negativa en localidades fundamentales para la industria pesquera, como lo son Puerto Deseado, Puerto Madryn y Mar del Plata.
Aunque en 2024 las exportaciones pesqueras alcanzaron los 2.000 millones de dólares y en la última década generaron 17.000 millones de dólares en divisas, las cámaras consideraron que el negocio es inviable por la caída de precios y el aumento de los costos internos.
En este marco, las empresas plantearon una reducción del 30% en los haberes por producción, argumentando que ese componente estaba vinculado al precio internacional de langostino, cuando rondaba los 12 dólares por kilo, que ahora cotiza 5,50 dólares y la producción 6,50 dólares.
Ante esto, el sindicato alertó que la situación económica actual derivaría en la paralización total de las actividades y en el quebranto masivo de empresas.
Cabe mencionar, que el sector pesquero es considerado una pieza central en el desarrollo económico nacional, al procesar por año 800.000 toneladas de productos y generando más de 46.000 puestos de trabajo con remuneraciones elevadas.
Asimismo, exporta a más de 100 mercados internacionales, lo que genera 2.000 millones de dólares en divisas anuales.





































