Hasta diciembre de 2023, el Estado nacional tenía a su cargo la ejecución de 2.308 proyectos de obra pública, con una inversión de $310.000 millones aproximadamente. Con el cambio de gobierno y el inicio de la era Milei, la gran mayoría quedó en situación de abandono.
A pesar de los acuerdos de traspaso firmados entre la Nación y 20 gobiernos provinciales, la parálisis de dichas obras no cambió, motivo que lleva a la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) a considerar que “este año está perdido”.
En este sentido, el presidente de COMARCO, Gustavo Weiss, advirtió que para reiniciar como mínimo el gobierno de Javier Milei tiene que destinar unos $400.000 millones para cubrir pagos pendientes y, al mismo tiempo, estar dispuesto a poner otros $400.000 millones más para retomar las obras, lo que parece muy lejano a las intenciones libertarias que privilegia el superávit fiscal a cualquier costo, lo que implica desfinanciar la inversión.
De las obras paralizadas, en Conectividad e Infraestructura Vial hay unas 514, en Gestión Integrada del Recurso Hídrico unas 1.031 y en Infraestructura Urbana, Rural y del Cuidado unas 763.





































