Tras una primera fase de obras encaradas con fondos del Estado, ahora se espera que la segunda etapa de expansión de gasoductos para transportar gas producido en Vaca Muerta se financie exclusivamente con el aporte de las empresas privadas que participan del negocio energético.
Uno de los grandes proyectos privados que será fundamental para poder exportar gas hacia Brasil por la ruta de Bolivia, es impulsado por TGN, que prevé un caño directo entre Tratayén y La Carlota, la cabecera de la reversión del Gasoducto Norte que, a su vez, lleva gas a las provincias del Norte Argentino.
El gran escollo de este proyecto de 750 Km, es el elevado monto de inversión que gira alrededor de los 1.800 millones de dólares para poder enviar hacia el NOA otros 20 MMm3/d y terminar de abastecer por completo la demanda local actual (donde hay mucha demanda insatisfecha de generadoras eléctricas), afrontar el crecimiento que se espera por demanda de gas minera en paralelo al gasoducto Vicuñas y exportar excedentes por unos 10 MMm3/d en firmes durante todo el año.
Para que cobre impulso, se demandará un esfuerzo mancomunado entre las tres patas interesadas para conseguir el financiamiento, esto es transportistas, productoras de gas y compradores brasileros, junto a un ajuste regulatorio por parte de la Secretaría de Energía para tener seguridad jurídica de qué tarifa estaría vigente para el transporte de ese nuevo gas.
Mientras tanto, falta finalizar las obras de las plantas compresoras de la reversión del Gasoducto Norte a cargo de la empresa Esuco, con miras a elevar la capacidad de 15 MMm3/d a 19 MMm3/d y dejar de importar gas desde Chile





































