En equipo médico en China realizó el primer trasplante de hígado de cerdo genéticamente modificado en un humano. El órgano, proveniente de un cerdo miniatura Bama, se implantó en un hombre de 50 años con muerte cerebral y permaneció funcionando durante 10 días. El hígado mostró señales de actividad, como la producción de bilis y albúmina, lo que demuestra su capacidad para realizar funciones hepáticas básicas.
El hígado de cerdo había sido modificado para evitar el rechazo inmunológico, desactivando genes que provocan la producción de azúcares reconocidos como extraños por el cuerpo humano, y se le añadieron genes humanos para facilitar su integración. Aunque el hígado original del paciente no fue removido, el procedimiento sugiere que órganos animales modificados genéticamente podrían servir como «puentes terapéuticos» para mantener a los pacientes estables mientras esperan un trasplante humano.
Este avance representa un paso importante en la xenotransplantación, un campo que busca mitigar la escasez de órganos para trasplante. Sin embargo, los investigadores subrayan que aún se necesitan más estudios para evaluar la viabilidad a largo plazo de este tipo de trasplantes en humanos.





































