A poco más de una semana de concluir el primer semestre de 2024, asoma un interrogante que, además de incertidumbre, siembra desconfianza y preocupación: ¿Quién pagará el ajuste para sostener el superávit? Consultoras privadas parecen tener pistas sólidas para ir perfilando una respuesta.
En este sentido, Invecq informó que “frente a la inminente reducción del impuesto PAIS y la presión por el pago a las energéticas, entre otras cuestiones, lograr superávit en cada mes presentará un desafío mayor en la segunda mitad del año”.
“Si se mantiene el ritmo de ajuste del primer semestre, el año cerraría con un superávit fiscal total del 1%, lo que da la pauta de que el gobierno creó en este período un interesante margen que permitiría cierta relajación, mientras aún se cumpliría con la meta del FMI de alcanzar un equilibrio fiscal y un superávit primario del 1,7% del PBI a finales del año. Las dudas se trasladan al 2025 cuando la eliminación del impuesto país implicará una pérdida de recursos por 1,5% del PBI”, resaltó.
Ecolatina, por su parte, indicó que “las características del ajuste implementado sobre el gasto, la dinámica que arrastra la recaudación por el contexto recesivo, la indexación de las partidas previsionales (con proyectos de Ley que podrían acentuar el impacto fiscal) y los ruidos asociados al cambio en la estrategia monetaria y cambiaria llevan incertidumbre sobre la sostenibilidad”.
“Además, la estacionalidad del gasto y los ingresos genera mayores presiones sobre el fisco en la segunda parte del año”, apuntó.
Asimismo, consignó que “con la recomposición de la cuarta categoría de Ganancias esperamos una mejora fiscal (a partir de agosto) tanto en las finanzas nacionales como provinciales ya que es un impuesto coparticipable”.
“El blanqueo generará un ingreso excepcional, sin embargo, habrá que ver si predomina el incentivo de una menor alícuota (5%) y se exteriorizan los activos en la primera etapa que culmina en noviembre, ya que influirá lo que suceda con el régimen cambiario”, aseveró.
En otro orden, consideró que “habrá que seguir de cerca las resoluciones ligadas al Impuesto PAIS, uno de los pilares de la recaudación durante el primer semestre, aunque en algún momento deberá reducirse si se pretende salir del CEPO”.
“Según adelantaron las autoridades se espera una reducción de la alícuota desde el 17,5% al 7,5%. De todos modos, hacia finales de año esta fuente extraordinaria de ingresos encontrará su fecha de vencimiento”, señaló.
“En los próximos meses no solamente se enfrentará a una estacionalidad fiscal menos favorable (especialmente en diciembre) sino también a diversas cuestiones que afectan tanto a los recursos como a los gastos y que podrían modificar el sendero fiscal esperado”, concluyó el reporte de Ecolatina.





































