La Unión Industrial Argentina (UIA) emitió una advertencia contundente sobre la situación del sector productivo: la actividad se encuentra amesetada desde el pasado mes de abril, un escenario que se traduce en una pérdida mensual de 1.500 puestos de trabajo.
Según el informe de la central fabril, la crisis golpea con especial dureza a sectores como la construcción, los cueros y calzados y la metalmecánica, donde se registran caídas en la producción de entre el 15% y el 20%.
Si bien el aumento de las importaciones es un factor que influye, la principal preocupación de los empresarios radica en la debilidad de la actividad económica en general.
Para hacer frente a esta coyuntura, muchas empresas se vieron obligadas a aplicar suspensiones de personal.
De esta forma, logran mantenerse a flote, aunque los trabajadores perciben solo una parte de su salario y los aportes sociales quedan postergados, generando un impacto negativo en sus ingresos y beneficios.
Otro factor que complica el panorama es el esquema impositivo. La UIA señala la existencia de una larga y complicada cadena tributaria que incluye impuestos nacionales, provinciales y municipales.
Este sistema tributario representa una carga de entre el 30% y el 50% sobre los productos, lo que pone a la industria nacional en una clara desventaja competitiva frente a productos importados, especialmente de países como Brasil.