En este escenario, el consumidor pagó $3,1 por cada $1 que recibió el productor en el séptimo mes del año.
Al tratarse por lo general de productos perecederos, la situación forzó a distintos eslabones de la cadena de valor (mayoristas y minoristas) a resignar parte de la renta.
No se puede soslayar, el significativo incremento de costos tanto en insumos dolarizados, como en transporte, logística, arrendamientos, combustibles y salarios, entre otros.
Así lo refleja el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
También advierte que la producción agrícola se ha visto afectada por heladas y frío extremo en todo el país, impactando directamente en la oferta. En consecuencia, se detectó un aumento de precios en los alimentos, incrementándose la participación del productor en el precio final en destino.