Sin pausa ni tregua, se aproxima el 30 de agosto, fecha en que la creencia popular argentina espera la llegada de la Tormenta de Santa Rosa, un fenómeno meteorológico rodeado de mitos que se entrelazan con la historia de la primera Santa de Latinoamérica.
La leyenda popular afirma que una intensa tormenta suele desatarse en honor a Santa Rosa de Lima.
Sin embargo, más allá de la fe, la meteorología tiene una explicación para este fenómeno.
La fecha coincide con la transición del invierno a la primavera en el hemisferio sur, un cambio estacional que provoca una mayor inestabilidad atmosférica. Esta inestabilidad aumenta la probabilidad de que se generen tormentas en la región.
En este contexto, es oportuno citar un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de 2024 que analizó las precipitaciones entre 1906 y 2023.
Los datos revelaron que, en 67 de los años estudiados, se registraron tormentas en las fechas cercanas al 30 de agosto.
Aunque este registro representa un 57% de los casos, no todas las tormentas fueron de gran intensidad o con precipitaciones abundantes, lo que sugiere que el mito de una tormenta siempre violenta no tiene un respaldo estadístico completo.
Así, mientras la creencia popular se mantiene firme, el fenómeno se presenta más como una probabilidad que como una certeza.