El indicador de riesgo país argentino que mide el banco de inversión global JP Morgan, rompió el piso de los 600 puntos por primera vez desde agosto de 2018.
Este es el resultado de una combinación de causas estrechamente vinculadas a factores financieros y macroeconómicos:
Superávit fiscal.
Existencia de dólares para afrontar vencimientos de pagos.
REPO con bancos internacionales.
Expectativa por un acuerdo con el FMI.
Desplome de precios de los bonos del Tesoro.
En este marco, Argentina se acerca a la posibilidad de emitir deuda en los mercados internacionales.
El riesgo país mide la probabilidad de que un país no pague su deuda. Varía a diario, a través de un diferencial de tasas de interés, comparando los bonos de cada país con los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Cuanto mayor sea el riesgo país, más alto será el interés de los inversores para aceptar bonos de una nación en la que hay altas probabilidades de default o incumpla con sus obligaciones.
El riesgo país tiene un valor concreto, el número en sí mismo, y una interpretación simbólica, porque funciona como un termómetro de la confianza o la desconfianza de los inversores.





































