Una investigación desarrollada por la Universidad de Glasgow indicó que las personas con buena salud cognitiva en la madurez tienen menos posibilidades de desarrollar Alzheimer. Sin embargo, la predisposición genética, particularmente el gen APOE e4, reduce en gran medida esa protección.
El estudio, publicado en la revista npj Dementia, analizó datos de más de 250.000 personas mayores de 55 años en el Reino Unido. Las conclusiones mostraron que quienes mantenían altos niveles de memoria, razonamiento y velocidad de reacción presentaban hasta un 36% menos de riesgo de desarrollar Alzheimer en los siguientes 15 años.
No obstante, cuando se detectó la presencia del gen APOE e4, la protección bajó al 21%. De hecho, una persona con alto rendimiento cognitivo pero con el gen de riesgo tenía más posibilidades de enfermarse que otra con menor rendimiento pero sin el gen.
Los portadores de una sola copia del gen APOE e4 triplican su riesgo de desarrollar Alzheimer, mientras que quienes heredan dos copias (una de cada padre) multiplican el riesgo por doce. Además, la variante genética está asociada con un inicio más temprano de la enfermedad.
El profesor Donald Lyall, al frente del estudio, subrayó que los resultados refuerzan la importancia de considerar el perfil genético en la prevención de demencias. Si bien la agilidad mental protege, los genes muchas veces definen el desenlace.
Los investigadores destacaron la necesidad de combinar hábitos saludables con un monitoreo genético cuando existen antecedentes familiares. El Alzheimer sigue sin cura, por lo que la prevención, tanto cognitiva como genética, se perfila como la herramienta más poderosa.