La intolerancia y la inestabilidad que caracterizan al gobierno de Javier Milei, quedaron nuevamente expuestas de manera innegable, cuando el vocero presidencial, Manuel Adorni, blanqueó públicamente el quiebre interno de La Libertad Avanza al anunciar que la vicepresidenta Victoria Villarruel “no es parte de esta gestión”.
Las declaraciones de Adorni confirman lo que era un secreto a voces en los pasillos del poder: la ruptura entre el presidente Milei y su vicepresidenta no tiene vuelta atrás.
De hecho, fuentes cercanas al círculo íntimo presidencial llegaron a calificar a Villarruel como una “bruta traidora”, lo que subraya la profundidad del distanciamiento.
“Ya lo dijimos una y mil veces. Todo el mundo sabe que la vicepresidenta no es parte del proyecto, no es parte del norte”, argumentó Adorni con una contundencia que busca zanjar cualquier especulación.
Además, el vocero recalcó que Villarruel “no es parte del día a día” del gobierno y, de manera más lapidaria, afirmó que “hace muchísimo tiempo que Villarruel no es parte de este proyecto”.
Este anuncio oficializa una crisis política de envergadura, que revela la fragilidad de las alianzas dentro del oficialismo y plantea serios interrogantes sobre la gobernabilidad y la cohesión interna en un momento crucial para el país.
La confirmación de la exclusión de la vicepresidenta de la gestión marca un antes y un después en la administración libertaria, dejando en evidencia las profundas divisiones y la incapacidad de mantener una mínima unidad política.