El presidente Donald Trump presentará este miércoles su nuevo “Plan de Acción de IA”, una estrategia nacional que redefine el enfoque del gobierno de Estados Unidos hacia la inteligencia artificial. Esta iniciativa busca acelerar el desarrollo del sector mediante la desregulación, el impulso a las exportaciones y un enfrentamiento directo contra lo que su administración define como sesgos progresistas en los sistemas automatizados. La presentación tendrá lugar durante un evento conjunto entre el foro Hill and Valley y el All-In Podcast, en el que participarán inversores tecnológicos como David Sacks, uno de los arquitectos clave del plan y actual responsable de IA en la Casa Blanca.
El nuevo plan, elaborado por asesores cercanos a Silicon Valley, reemplaza la estrategia del expresidente Joe Biden, cuya orden ejecutiva —revocada en enero— establecía criterios de control estatal y seguridad. En contraste, el enfoque actual prioriza la agilidad del mercado y un menor intervencionismo. Entre las medidas más destacadas, Trump firmará órdenes ejecutivas para facilitar la instalación de centros de datos, reducir la regulación sobre las empresas tecnológicas y otorgar incentivos para la exportación de productos de inteligencia artificial.
Durante los primeros meses del mandato, el mandatario fortaleció lazos con referentes del sector tecnológico como Elon Musk, Marc Andreessen, Larry Ellison y Sam Altman, quienes se mostraron críticos del marco regulatorio impulsado por Biden en 2023. El apoyo de estas figuras no solo fue discursivo: la campaña presidencial de 2024 recibió más de 200 millones de dólares de fondos vinculados a capitalistas de riesgo.
A diferencia de su primer mandato, cuando promovió una estrategia centrada en la inversión en I+D sin enfrentamientos ideológicos, el Trump de 2025 coloca la inteligencia artificial en el centro de una batalla simbólica. Bajo esta lógica, el nuevo plan no solo busca acelerar el crecimiento del sector, sino también marcar un contraste político con su antecesor, a quien acusa de haber impuesto trabas burocráticas bajo una agenda de corrección política.
El nuevo documento también incluye disposiciones para combatir lo que la administración denomina “IA despierta”, es decir, modelos con sesgos progresistas como el polémico generador de imágenes de Google. Aunque la mayoría de la normativa anterior fue desmantelada, algunos componentes, como el Instituto Nacional de Seguridad en IA o los límites a exportaciones hacia China, continúan en revisión.
La alianza de Trump con Silicon Valley, otrora bastión progresista, redefine el mapa de poder digital. Con figuras del establishment tecnológico sentadas en las primeras filas de su investidura y ocupando roles clave en su gabinete, el sector privado no solo influye en la implementación del plan, sino también en la definición de los valores que guiarán el futuro de la inteligencia artificial.